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Las personas de todo el mundo siguen expuestas a muchos riesgos de seguridad y salud a través de su trabajo. Hoy, jueves 28 de abril, es por tanto el "Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo". La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya introdujo este día de acción en 1984 para promover el trabajo seguro, saludable y decente. La OIT calcula que cada día mueren en el mundo unas 6.000 personas por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo. En todos los lugares del mundo donde se procesan los metales mediante soldadura, corte o amolado, el aire limpio e insalubre es una preocupación especial como derecho básico de los trabajadores.

Peligro invisible: polvo fino
El reto: combatir el polvo fino como peligro invisible. El polvo fino se produce directamente durante la soldadura. Está formado por las partículas sólidas y líquidas más pequeñas, que se dividen en diferentes fracciones de partículas. Las partículas con un diámetro de hasta 10 μm (PM10/PM = partículas) se denominan polvo fino. Las partículas de alrededor de 3-10 μm de tamaño se depositan en la nariz y la garganta. Las partículas de alrededor de 2,5 μm (PM2,5) son respirables. Las partículas menores de 1 μm (PM1) incluso entran en el torrente sanguíneo a través de los alvéolos. Los efectos sobre la salud son enormes y van desde la irritación e inflamación de las membranas mucosas hasta el daño de los alvéolos y la formación de placas en los vasos sanguíneos. Según la OMS, la exposición prolongada a las partículas finas (PM2,5) puede provocar arteriosclerosis, perjudicar los nacimientos y desencadenar enfermedades respiratorias en los niños. La Agencia Federal de Medio Ambiente calcula que unas 47.000 muertes al año en Alemania pueden atribuirse al polvo fino.

En función de los procesos y materiales de soldadura, los humos de soldadura con polvo fino suponen, por tanto, un alto riesgo potencial para la salud de los soldadores. En este caso, las partículas de humo suelen tener un tamaño inferior a 1 µm o, predominantemente, incluso inferior a 0,1 µm (partículas de polvo ultrafinas). Por lo tanto, todo el humo de la soldadura es alveolar. Cuando se inhala, penetra profundamente en los alvéolos y se asienta allí. En el mejor de los casos, las partículas tienen un efecto perjudicial para los pulmones. Sin embargo, a menudo son tóxicos, como es el caso del cobre, el manganeso o el óxido de zinc. La inhalación de humos de soldadura procedentes del procesamiento de compuestos de cromo (VI), plomo, titanio u óxidos de níquel puede incluso provocar cáncer.

En toda Europa, los legisladores han elevado enormemente las normas sobre la salubridad del aire interior en vista de esta carga sanitaria. Además, cada vez más empresas se preocupan por la salud. Promover la salud de los empleados es una gran prioridad, también teniendo en cuenta la creciente escasez de trabajadores cualificados y la creciente sensibilidad hacia los temas de sostenibilidad.

"Las normas de salud en las empresas de fabricación donde se generan humos y polvos de soldadura han aumentado enormemente. Gracias a los modernos sistemas de filtrado y extracción y a los medios filtrantes más modernos, es más fácil que nunca garantizar un aire limpio más allá de los requisitos legales, especialmente en la soldadura y el corte", afirma el director general de TEKA, Simon Telöken. "Especialmente en tiempos de crisis, las empresas no deberían aplazar las inversiones en materia de protección y prevención de la salud, para las que a veces existen subvenciones", recomienda el director general.

Juega seguro - Equipo certificado W3
A la hora de comprar un nuevo equipo, las empresas van sobre seguro si buscan marcas de prueba como la certificación W3, que TEKA ofrece para casi todos sus sistemas de extracción y filtrado. Con esta marca de prueba, el Instituto de Seguridad y Salud Laboral distingue a los sistemas que cumplen con los requisitos más exigentes, por ejemplo, en lo que respecta al flujo de volumen, a las campanas de aspiración posicionables, a los preseparadores de chispas, etc., y que separan al menos el 99 % de los humos de soldadura extraídos.